lunes, 6 de octubre de 2008

"Victoria Francés: cómic en carne propia"


Magazine (suplemento de La Vanguardia) 28 de agosto del 2005.

La aparición de Victoria Francés en el mundo del cómic ha sido saludada con un éxito que ni ella misma esperaba. La joven ilustradora valenciana, autora de un universo gótico lleno de romanticismo y melancolía con el que también se siente identificada en la vida real, se ha convertido en una figura destacada en los salones del género y está a punto de publicar su obra en Estados Unidos.

Este octubre, el mismo mes en el que cumple 23 años, se publicarán sus cómics en Estados Unidos, en la editorial Dark Horse. Será un nuevo paso de la meteórica carrera de la joven ilustradora Victoria Francés, que con los dos primeros volúmenes de la vampírica trilogía “Favole” (“Lágrimas de piedra” y “libérame”, ambos publicados por Norma) Ha conseguido hacerse con un numeroso y heterogéneo público que la sigue de forma ostensible en los salones dedicados al cómic.

El caso de Victoria Francés es poco frecuente. No tan sólo porque en el mundo del cómic las mujeres escaseen, que también, sino porque sus libros de ilustraciones, acompañados de textos escritos por ella misma y habitados por paisajes góticos poblados de vampiros y fantasmas repletos de melancolía a causa de amores imposibles, son un reflejo pocas veces tan claro de la propia artista. Si Caravaggio se pintó a sí mismo en la cabeza del gigante derrotado del cuadro “David y Goliat”, no cuesta mucho trabajo identificar el rostro, las facciones, el estilo de Victoria Francés en “Favole”.

“También dibujo a gente que ha tenido que ver en mi vida, gente que me atrae su imagen, que me impacta. Mi trabajo es muy personal, y por ello me siento muy involucrada en mis historias. Me identifico con mis personajes porque mi pequeño universo ha sido creado a partir de mis experiencias personales. Cada personaje tiene algo de mi”, señala la ilustradora, que ha cursado estudios de Bellas Artes en la facultad de San Carlos de Valencia, aunque buena parte de su niñez la pasó en Galicia, por cuyos bosques quedó fascinada.

Londres, París, Venecia, Verona o Génova son otras ciudades que han despertado su imaginación y la han determinado a recrear el mundo onírico del romanticismo gótico. “Desde niña siempre me atrajo todo lo relacionado con el tenebrismo. Una de mis mayores influencias fue la novela ‘Drácula’, aunque suene a tópico, y los verdaderos cuentos de los hermanos Grimm. ‘Dracula’, de Bram Stoker, fue la primera novela que leí. SU ambientación fantasmal de la época bictoriana me marcó y se convirtió en una base de mi trabajo. Después comenzaron a interesarme autores clásicos del mismo género como Sheridan Le Fanu y su relato ‘Carmila’, Teóphile Gautier con ‘Clarimonda’, ‘El fantasma de Canterville’ de Oscar Wilde, y muchos otros autores como Poe, Victori Hugo, Lovecraft, Goethe, Baudelaire... Aunque también autores más contemporáneos me han influido, como Julio Ángel Olivares Merino o Anne Rice. De Anne Rice, la autora de las ‘Crónicas vampíricas’, me fascinó cómo trata la imagen de sus personajes masculinos, entre angelicales y andróginos, con fuertes deseos interiores...”, detalla Francés, que, por cierto, es el apellido de su madre, que también se llama Victoria.

Y, más allá de la literatura, en la música confiesa que le han influido mucho el grupo francés Dark Sanctuary o el folk medieval de Lorena McKennitt. Y en lo cinematográfico, películas como “Eduardo Manostijeras” y la imaginería gótica de Tim Burton. “Laberinto” y “Cristal oscuro”, el “Drácula” de Coppola, “Entrevista con el vampiro” o “El baile de los vampiros” de Polanski. Aunque no lo señale, tampoco cuesta imaginar la influencia de ciertos dibujos animados e incluso de la imaginería de cierta novela romántica. Factores todos condicionados por su edad: “Creo que mi estilo de ilustración cambiará inevitablemente, porque soy joven y el cuerpo me pide empaparme de nuevas experiencias, aunque siga mi línea personal”.

Una línea cuyas bases son claras: “Intento mostrar los sentimientos que más me atraen del ser humano, como el amor imposible, el odio irracional, la soledad, la ternura... Todo ello lo veo en el día a día en las personas y, lo que me atrae, lo escojo para mis ilustraciones. Personalmente, me identifico con la melancolía y el romanticismo en mi forma de expresarme en el arte. Las dos se complementan, y para mi no existe una sin la otra, el dolor y la melancolía que expresa un paisaje en decadencia o un cementerio están inundados de sentimientos románticos. Es un contraste maravilloso”.

Así las cosas, la trilogía “Favole” surgió, explica, a partir de las ilustraciones
en las que ha trabajad desde hace muchos años. “La trilogía surgió después de presentar mi dossier a la editorial. Les gustó y, como ya tenía suficiente material, pensamos en crear tres libros, recopilando ilustraciones y creando una historia que enlazase todos los personajes que había creado”, señala Francés.

Una historia, claro, de vampiros. “Existen muchísimas leyendas sobre vampirismo. Algunos lo ven como un ser decrépito, otros como un cadáver viviente o como un ser que rebosa elegancia y atractivo. Pero siempre posee un acusado sentido erótico, atrayente. El vampiro es un personaje que me atrae absolutamente. Un ser cautivador y atractivo a la vez que romántico, melancólico y fatal. Me quedo con el sentido romántico del no muerto, la dulzura de lo decadente y la belleza de lo oscuro”, describe. “Y por supuesto es una representación del ser diferente, muy acorde con la sensación que experimentan muchas personas en la vida actual. Por ello existe mucha gente que se identifica con los sentimientos que expresa un vampiro, o cualquier monstruo de la literatura gótica. El ser marginado y expulsado de toda felicidad, al que la luz de la que gozan los seres humanos le es negada. Es por ello por lo que surgen la maldad y el odio ante la marginación. El monstruo de Frankenstein o el fantasma de la ópera están abocados al sufrimiento sólo por el hecho de ser diferentes a los demás.”

Victoria no se considera parte de una tribu urbana, de los llamados góticos, sólo tiene claro que ama un cierto mundo. “ Me identifico con una manera de sentir, eso es para mi el mundo siniestro, gótico, o como lo quieras llamar..., un gusto por la melancolía, por las épocas pasadas y la estética retro. Y en ello, sí es verdad que hay personajes representativos, como vampiros, espíritus, seres oscuros abocados a la soledad. El mal toma muchas vertientes para nosotros, y a veces lo que parece ser oscuro y maligno es más dulce y tierno de lo que esperábamos.” A Victoria Francés el mundo gótico le está mostrando su parte dulce. Las X Jornadas del Cómic de Avilés, que se celebran en esa villa asturiana del 5 al 11 de septiembre, cuentan con Victoria Francés como uno de los creadores invitados.


Las poderosas ilustraciones de Victoria Francés, siempre plenas de melancolía y romanticismo.

Un perfeccionismo que aún busca nuevas experiencias.

Victoria Francés está acabando en estos momentos la tercera parte de su trilogía “Favole”, tras la cual quiere centrarse en nuevos caminos. La disposición de los dibujos en las páginas de Favole obedece a que quiso “que hubiese imágenes enmarcadas, como si estuviésemos visitando los pasillos de un antiguo castillo o algo parecido”. Para sus dibujos, explica, que ha utilizado una técnica mixta. “Primero, como base de mis dibujos, comienzo con las aguadas como la nogalina y acuarelas, dependiendo siempre de la tonalidad base que vaya a tener el dibujo.

Luego introduzco los lápices, la tinta y las barras grasas. Para finalizar, me gusta acentuar el detalle con los acrílicos. Ese es el procedimiento básico que empleo, y esos son los materiales que utilizo, pero cada dibujo requiere materiales diferentes y una continua experimentación. Lo que no utilizo en uno, lo meto en otro, y realmente no tengo una técnica totalmente depurada y fija, ya que soy joven y me falta muchísimo camino por recorrer en todos los sentidos. Yo creo que eso lo da la experiencia, y a mí me queda mucha.”


El PDF de esta revista no está disponible, pero podéis ver los scans.

Fuente: Magazine (La Vanguardia)


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